La llegada del mes de septiembre supone el fin de las vacaciones para muchos adultos, pero también para todos los más pequeños. Y por si la vuelta a la rutina no fuera de por sí pesada para los padres, hay que contar también con que muchos niños suelen ponerse enfermos en el inicio del curso.
Empiezan a disminuir las
temperaturas y hay inestabilidad térmica. También aumenta el contacto con otros
niños, lo cual aumenta el riesgo de infecciones.
En la consulta, estos primeros días, las patologías que vemos con más
frecuencia son: resfriados, gastroenteritis y el contagio por piojos:
RESFRIADO COMÚN
El resfriado común es una infección vírica de las vías respiratorias
altas. Hay más de 200 tipos de virus que pueden causar este proceso.
El contagio se produce por vía
respiratoria, por medio de las gotitas procedentes de la tos y estornudos de
las personas infectadas.
El resfriado cursa con síntomas como rinorrea o goteo nasal, congestión
nasal y ocular y estornudos. Suele durar hasta una semana.
Os doy algunos consejos para reducir el riesgo de transmisión del
resfriado:
– Evitar el contacto cercano con
las personas afectadas.
- Enseñar a los niños a taparse
con la mano la boca y nariz al toser o estornudar utilizando pañuelos
desechables, para desecharlos en la basura y lavarse las manos a continuación.
– Lavarse las manos frecuentemente
con agua y jabón.
– Evitar estar con los niños en
ambientes con poca circulación de aire y con muchas personas (centros
comerciales).
Se pueden aliviar los síntomas con lavados nasales a base de suero
fisiológico o tomar algún analgésico, pero es conveniente acudir al pediatra si
notáis que el niño empieza a tener fiebre.
GASTROENTERITIS
La causa más frecuente de GEA en la edad pediátrica puede estar
originada por virus (fundamentalmente Rotavirus, y con menor frecuencia,
Adenovirus, Astrovirus, etc.)
Es una infección que se manifiesta con vómitos, náuseas o diarreas (deposiciones
blandas o líquidas). Se suele curar a los pocos días, entre tres y siete más o
menos.
El tratamiento recomendado es muy sencillo, y consiste en rehidratar
bien al niño. Las soluciones de rehidratación oral (SRO) son el tratamiento de
elección para reponer las pérdidas de agua y electrolitos. Tiene que beber en
pequeñas cantidades para prevenir los vómitos. Tampoco tiene que dejar la
alimentación habitual, puede continuar con ella evitando las comidas grasas,
verduras de hoja verde y los dulces
Si la pérdida de líquidos por vómitos y deposiciones es abundante,
siempre debe ser valorado por el pediatra para evitar deshidratación.
PIOJOS
Si nuestro hijo se queja de picores, se rasca la cabeza con frecuencia y
el picor no cesa, es posible que tenga piojos. Todas las semanas debemos mirar
el cuero cabelludo de nuestros hijos, sobre todo en la nuca y detrás de las
orejas, para poder detectar los piojos rápidamente.
¿Cómo evitar el contagio?: procurar que el
niño no intercambie con otros niños objetos personales, como el peine, la
toalla o la bufanda. Existe un remedio natural, pero no infalible, el aceite
del árbol del té, (en herboristerías) es un repelente: una gota diaria detrás
de las orejas o unas gotas en el champú pueden ser eficaces. No es conveniente
usar otros productos como repelentes si no hay piojos, como lociones o champús
de tratamiento.
¿Y si ya hay piojos?: entonces hay productos específicos para su
tratamiento, últimamente se aconseja del tipo siliconas liquidas, que matan el
piojo, sin la agresividad de productos pediculicidas como las permetrinas.
¿Y las liendres?: para desprender las liendres, lavados con agua de
vinagre (el ácido desprende la liendre de la raíz del pelo) y peinado reiterado
con liendrera.
Y en casos de infestación reiterada y
resistente a todo, ya solo nos queda a los Pediatras recomendar el tratamiento
médico oral