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Mostrando entradas de agosto, 2015

La obstrucción del conducto lacrimal

      Casi el 20% de los recién nacidos pueden nacer con una obstrucción leve o estenosis del conducto lacrimal (obstrucción congénita del conducto lacrimal), pero  generalmente se resuelve por sí sola durante el primer año de vida.        En consecuencia, las lágrimas que protegen el ojo (se producen continuamente   lagrimas con ese fin protector e hidratante de la conjuntiva) ya no drenan libremente por el   conducto que va desde el interior del ojo   a la   nariz, se acumulan y   sobreinfectan   y pronto aparece una secreción purulenta: la conjuntivitis del recién nacido.        Para    evitarlo , es   necesario :    1º- Que   humedezcamos   los ojos   con mucha frecuencia, cuando detectemos esas legañas. Los lavaremos con suero fisiológico monodosis, a chorro, procurando hacerlo siempre desde dentro hacia el exterior del ojo. También podemos ayudarnos   con una gasita estéril (una gasa para cada ojo) empapada con suero, para retirar las secreciones del ojo.    2º- Lo