Casi el 20% de los recién nacidos pueden nacer con una obstrucción leve o estenosis del conducto lacrimal (obstrucción congénita del conducto lacrimal), pero generalmente se resuelve por sí sola durante el primer año de vida. En consecuencia, las lágrimas que protegen el ojo (se producen continuamente lagrimas con ese fin protector e hidratante de la conjuntiva) ya no drenan libremente por el conducto que va desde el interior del ojo a la nariz, se acumulan y sobreinfectan y pronto aparece una secreción purulenta: la conjuntivitis del recién nacido. Para evitarlo , es necesario : 1º- Que humedezcamos los ojos con mucha frecuencia, cuando detectemos esas legañas. Los lavaremos con suero fisiológico monodosis, a chorro, procurando hacerlo siempre desde dentro hacia el exterior del ojo. T...