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El resfriado común

     El resfriado común o catarro, es una afección de las vías respiratorias altas  caracterizado por tos, aumento de  la mucosidad, secreciones y obstrucción nasal. Son síntomas debidos a la inflamación de la mucosa que recubre las vías respiratorias y que va desde la nariz hasta los bronquios. 
     El catarro es una afección causada mayoritariamente por un virus (existen más de 200 virus del resfriado, siendo los rinovirus los  más frecuentes), y es un proceso muy común en la infancia. Son más frecuentes cuando el bebé o el niño empiezan a ir a la guardería o al colegio, ya que  repetidamente están expuesto a nuevos virus, y en época  invernal.
    El contagio es muy fácil: A través de las secreciones de las vías respiratorias, se expulsan al aire con la tos y los estornudos, o por medio de objetos contaminados con estas secreciones. Entran en el organismo a través de la boca, la nariz o la  mucosa conjuntival de los ojos. Está demostrado que las manos intervienen mucho en la transmisión por contacto: en el caso de los niños pequeños, es más fácil el contagio, pues comparten  juguetes  y otros objetos que chupan, y porque tienden al contacto directo con las manos y la cara.
   Los síntomas de catarro que producen los virus pueden variar , desde una rinitis (congestión  y moco nasal, que  va desde secreción acuosa transparente a  amarillo-verdosa), una faringitis (dolor e inflamación de garganta), una laringitis (tos seca) o una bronquitis (tos, expectoración  y ruidos respiratorios). Los niños y bebés también pueden tener fiebre cuando están acatarrados.

Medidas  de apoyo:
    -Si es un bebé es mejor elevar la cabecera de la cuna metiendo algo debajo del colchón, para que al estar  incorporado, respire mejor. 
   -Si la secreción nasal es espesa se pueden extraer con un aspirador nasal después de administrar suero fisiológico en monodosis si es bebé. Si es ya más mayor, lavados nasales en spray (llamado agua  de mar) o con  jeringa sin aguja.
    -Debemos controlar la temperatura  al menos dos veces al día. 
   - Debe beber agua con más frecuencia y lavarse a menudo las manos. 
Señales de alarma:
   -Que el niño esté muy poco activo, somnoliento, apagado.
   -Una fiebre que persista tres o más días o que tenga subidas y bajadas muy  repentinas. Algo de fiebre no siempre es síntoma de peligro: solo indica que las defensas de su organismo están luchando contra la infección. Una significativa subida repentina sí puede ser importante, al igual que una fiebre elevada, o mantenida más de tres días. Un bebé menor de tres meses con fiebre siempre debe  ser  examinado por el pediatra.
    -Dificultad respiratoria, con gran  trabajo respiratorio, movimientos inusuales  del pecho.
    -Llanto intenso, gemidos, o se toca insistentemente un oído.